Llegan las semanas previas a las Navidades y con ellas los primeros regalos. Esto se traduce en las cestas que suelen repartir las empresas a sus trabajadores para tener un detalle por todo el año trabajado.

En ellas suelen ir incluidos productos como embutidos, vinos, dulces y champán para disfrutarlos durante la festividad. Pero hay algunas empresas que sortean cestas de Navidad más elaboradas.

Este es el caso de Arturo Varela, un empresario que tiene a su cargo una funeraria en Ourense. El gallego lleva cinco años sorteando este lote de productos, pero lo hace de una manera muy peculiar.

Valera mete los artículos en un ataúd, elemento que utiliza diariamente en su trabajo. Además de meter los productos comunes de una cesta de Navidad, el funerario incluye un televisor de 55 pulgadas, un patinete eléctrico, una cafetera, un robot de cocina y, lo más curioso y sorprendente de todos, un succionador de clítoris.

Con estos artículos, Arturo Varela pretende demostrar que porque tenga una funeraria, tanto él como sus trabajadores son "gente normal" y que es una profesión como otra cualquiera.

"Siempre me había dado la sensación de que nuestro oficio se ligaba a personas serias y tristes, trajeadas y de pocas palabras. Pero nosotros también nos reímos y disfrutamos de la vida, que a eso hemos venido a este mundo", afirma el gallego.

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Asimismo, asegura que representar la cesta en un ataúd llamó mucho la atención a quienes han comprado el boleto del sorteo. "Me preguntan por las rifas desde que termina el verano y hay veces que voy a un servicio y me reconocen por el ataúd de Navidad", comenta.

En total venden 333 tickets y el ganador de la cesta es la persona a quien le coincida su número con los tres últimos del primer premio en el sorteo de la Lotería del Niño, celebrado el Día de Reyes.